sábado, 22 de noviembre de 2014

Matemáticamente perdida...

La matemática del mundo me perturba,
la lógica que no entiendo, me consume los minutos que me quedan

Es que leo, letras,
veo letras.
No se calcular la distancia real entre un espacio y otro
salvo cuando eso separa una palabra de otra
o una barra espaciadora a la que incorporé maquinicamente

La separación, la clasificación
qué distancia habrá entre un pensamiento y el otro
cualquier pensamiento, uno tonto, uno que pareciera no tener ningún contenido

No entiendo, la medición de los exabruptos,
la distancia psicológica de dos personas ensimismadas.
Pero que no se tocan, no se cruzan sus pensamientos.
Aunque puedan actuarlo.

Sigo sin entender muchas cosas,
no se calcular, no lo comprendo y solo me quedo en la observación
porque solo se contar pero no ver lo exponencial de lo que pasa.

Me cuesta vivir el presente
porque siempre pienso en el futuro.
Un futuro matemático que no entiendo,
vivo de símbolos a los que sólo le pongo categorías momentáneas
porque así prefiero construir mi mundo.

Pero  vos, sos el  rompecabezas al que le aparecen piezas
sin saberlo,
no puedo predecirte,
y no lo sabía.


Prefiero no saber contar,
prefiero leer,
prefiero leerte y equivocarme
para volver a hacerlo
 y nunca  entender
que es lo que lleva a vos.
 Mi calculo difuso.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Puede cambiar de un segundo a otro. Aunque
creo que un segundo puede quedarle grande.

A veces pasa un tiempo
y no cambia.
Y cuando está, es toda
a veces, incluso, única
Y ahí esta, testaruda
Posesiva

Lo bueno es que puede cambiar
Sí. Cambiar de un segundo a otro
o quedar suspendida en la eternidad
de ese instante

viernes, 7 de noviembre de 2014

Me entrego, dispuesta, al centro mayor.
No sé qué sigue pero ya siguió. Ya es, y así fue.

A veces
Pero sólo a veces
Sigo lo exigido sin padre, pensando, si crece en mí
Y voy, lento, pero voy,
 sin fe, sin palabra, sólo a Dios
Mío.
Sí,… Dios, pero el mío
El otro sí que retumba sobre mí. Retumba fuerte.
Me duele
Lastima al múltiple, y lo multiplica aún más
Mi múltiple

Un poquito después, pero sólo un poquito
-No sé para quién pero para alguien-
Desaparezco
Retorno

Y me fundo en él.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Blanca

No es martes pero debería serlo
sólo los martes suelen ser tan tristes

una nube gris cubre todo el cielo
llueve como si no lloviera
como si las gotas no cayesen

no caen, permanecen suspendidas
hasta que un cuerpo las choca
lo mojan

no parece real
millones de gotas suspendidas
como lágrimas
esperando
ser lloradas

el llanto moja la cara
la va descubriendo
como si las gotas la iluminaran mientras caen
el llanto moja la realidad
no es real si no se moja

lágrimas interrumpidas esperando ser lloradas
como gotas suspendidas que iluminan el camino
todo brilla
las gotas la delinean
está suspendida entre tanta luz

pero ella ríe
y su risa irradia amor
su falda vuela al viento..
para ella ya salió el sol




lunes, 27 de octubre de 2014

Es casi lo mismo


Tengo una palabra enredada
en el pelo como llovizna y me repite cada vez
como una obsesión
blanca.

Estamos en un sótano con mucha gente
contando cosas tan íntimas
tan vulgares
no hay lugar para sentarse
-perdón que el piso esté sucio
confiesa el crimen
-no limpio el piso desde que
nadie completa la frase
yo la sé
está su misma mochila de colores y usa los mismos anillos en los dedos.

A veces sus historias
a veces no sé cuándo las palabras significan cosas distintas a las que otras veces
parecen
ella escribe como ninguna, más ahora,
hay un porcentaje mayor en los escritores de tendencia al suicidio.
El juego con la imaginación,
dice el artículo estúpido que está en el fondo
de la pantalla de su computadora
en este sótano que ahora es su casa,
es un factor peligroso para personas que cuentan
con un desequilibrio mental
no tratado.
Yo miro eso y el piso sucio
un monstruo de pelusa abajo de la cama
cosas en pilas de cosas que no se saben qué son.

Busca la yerba, una bombilla
el mate está caliente
por la ventana veo pies que pasan
llueve y el frío parece sólido
blanca, palabra que repite
no sé bien qué significa si las palabras significan o dependen de otra cosa.

Por la calle camino y aún llueve
una gota cae en mi mejilla y es lágrima
las palabras significan
pienso y mi cara arde
un sótano tan blanco y sin luz

Las cosas buscan
lugar para estar
están
ella en su tormenta
con la misma mochila de siempre
parece ella
pasa gente hablando de otras cosas
pasa un chico pidiendo monedas por la ventana
pasa el hambre el mate
pasa otra anécdota más
que saca de esa mochila de colores
para todos
para cualquiera
porque ahí está su idea

de lo que hay que compartir.

miércoles, 22 de octubre de 2014

improvisación

Eso que hoy está, ayer se deshizo. Deshecho, sin sentido.
nada de esto realmente existe, asi dijo mi tatarabuelo. También
sabía de fìsica cuántica.
Sólo está el punto final, cúlmine que atraviesa la última roca.
En caso de que esto caiga a mitad de la oración, quiero expresar este dolor
Dolor del porvenir que termina en nada.
Me parece extraño este miedo a lo blanco. La luz
Pero lo temo.
Le temo al final porque amo la vida.
Quizás algún día ame tanto a la muerte que aborrezca esta oscuridad
en la que hoy vivimos.

miércoles, 8 de octubre de 2014

Punto

Pienso.
Pienso que un punto es movimiento. Movimiento constante condensado en sí mismo.
Movimiento visto desde lejos.
Porque el instante también es eternidad y en él se manifiesta el continuo.
El uno, el todo.
Entonces...¿cómo diablos fijamos al punto en lo rígido, lo estático?
Mejor dicho, ¿quién dice que en lo rígido no supura la fluidez como en ningún otro lado?
Pienso...pienso
Pienso en el punto.

domingo, 5 de octubre de 2014

Domingo lluvioso



Entonces comprendimos que la lluvia también era hermosa.
Unas veces cae mansamente y uno piensa en los cementerios abandonados. Otras veces cae con furia, y uno piensa en los maremotos que se han tragado tantas espléndidas islas de extraños nombres.
De cualquier manera la lluvia es saludable y triste.
De cualquier manera sus tambores acunan nuestras noches y la lectura tranquila corre a su lado por los canales del sueño.
Tú venías hacia mí y los otros seres pasaban:
No habían despertado todavía al amor.
No sabían nada de nosotros.
De nuestro secreto.
Ignoraban la intimidad de nuestros abrazos voluptuosos, la ternura de nuestra fatiga.


De "Lluvia", Raúl González Tuñón


jueves, 2 de octubre de 2014

Nudos.

Soy un manojo de nudos
se contorsiona mi vertebra insesantemente
y aun siento tus manos atravesandola

Vos lo dijiste,
mezcla de placer y dolor
eso es el amor?
placer, placer, crecer, volar
y dolor.... puro dolor.

Hoy vivimos en el desenfreno placentero
de los nudos de la historia
estoy contraida, estoy contracturada
solo tu mano desata los nudos de la historia
que vuelve a comenzar.

El equilibrio nunca va a ser perfecto



las palabras se escurren desordenadas
casi nunca logro un sentido
de principio a fin
un día completo

desde la gota de té
hasta el mar y la ropa que se seca el sol
todas son necesarias
el equilibrio nunca va a ser perfecto
mientras mis ojos acompañan el ciclo
con gotas saladas




jueves, 18 de septiembre de 2014

Te encontré


Te encontré en el sueño, que soñé ayer. Por lo tanto no te encontré apareciste .Como siempre sin buscarte.

Tenías otro cuerpo, eras distinto y habías engordado. Bueno no mucho. Para el normal de la gente, tu extremada delgadez  -al igual que tus marcas que me habían enamorado- le parecía excesivo como si vos solito agarraste tu mano y te tajeaste. Nada de eso. Y porqué vuelvo a hablar de eso? No importa.

Te ví pero te ví distinto, no eras el mismo. Y no tuve miedo de contarte que era feliz. Porque supongo que esto es estarlo. Le temo siempre a las categorías. Quizá es un resabio tuyo. Pero creo que esto es estar feliz y querer como se quiere la gente, y piensa cosas que la gente piensa cuando esta feliz y quiere a alguien. Me entendés? No se para que te explico si te lo dije ayer. En el sueño recordas? Será que vos también te encontras psicológicamente en mis sueños. El otro día pensaba como era posible que decidieras estar siempre solo. Transcurrir la vida, o caminar como quieras.

Pero yo no, te mentí que te dije que yo también. Te mentí a vos y a muchos, para hacerme la mujer moderna . Porque soy libre sin atarme pero sin entrar en la lógica de la superficialidad.

Hoy , te encuentro acá porque te encontré allá. En el sueño, en ese lugar donde te gusta habitar y confundirme con la locura, o la memoria desmedida. Si te recuerdo? Claro. Pero ya no importa. Y eso fui a decirte, y vine a decirte ahora por si no lo había dicho claramente. Aunque en los sueños uno se entiende mucho más por los gestos que por las palabras. Cosa que no ocurre en la vida real. Espero encontrarte parado (en la vida real) más gordo. Y si no te encuentro más. Que seas lo que quieras ser. Como yo.
     que intento ser.... no se que...pero algo seguro.

martes, 16 de septiembre de 2014

Un té, dos té

Dame un té, 
ponle azúcar,
sin el saquito,
sin el agua.

Quiero un té,
con azúcar,
no de saquito,
calientito.

Tibio, que guarde ternura.
Suave, que se sea sutil.
Pero intenso, que se haga sentir.

Te de frutas,
te de chocolate, 
te de río y
de atardecer.

¡Quiero té, 
hazme caso!
¿No me ves
pidiendo té?

Dame te, quiero te,
te pido que me des te, 
que me te des, 
que te me des.

Date.me, quiero te.
Quiero te y te quiero
tibio, tierno y suave.
Dulce, puro, simple.

Simple como un té
es que te quiero.

Mi cuerpo pide.te
sin que me de cuenta.
Y yo quiero.te 
antes de saberlo.

                          
                                Porque hoy alguien me recordó este poema y me hizo sonreír. 

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Muere en mi
todo lo que aquí leen.
Muere todo,
se deshace, perece
Tiempos que ya padecieron
largamente atrás.

martes, 9 de septiembre de 2014

Como chocolate


Es una tableta gruesa y genera resistencia en mi boca.

Pienso la resistencia de un material o de un abrazo.

Un abrazo normal, una chica saludando a un chico por su cumpleaños.

Una mano una cintura indescriptible presión sutil de no querer dejar ir o ser mordido; el chocolate también tiene algo para decir.

En mi boca se ablanda, desarmado cede.


Vos no. 


Con los ojos cerrados

                                                                                   Imagina
                                                                                 estar parado
                                                                               en el medio de la selva
                                                                             con los ojos cerrados
                                                                           esperas
                                                                        un roce
                                                                      un sonido
                                                                    un golpe
                                                                  algo
                                                                que te obligue a abrir los ojos

                                                                                  Imagina
                                                                                estar parado
                                                                             en el lecho de un río
                                                                           con los ojos cerrados
                                                                        truena el cielo
                                                                     esperas
                                                                  una gota
                                                               sentir agua en los pies
                                                            un golpe de agua
                                                          en la espalda
                                                        algo
                                                      que te obligue a abrir los ojos

                                  estas alerta
                                  tus sentidos se afinan
                                  pero no pasa nada
                                  ni va a pasar
Si abres los ojos
solo vas a estar parado en tu habitación
esperando el golpe
en tus oídos
de sus palabras
o una bofetada
en la cara.
Esperas algo
que te destruya
que sea ajeno a vos
que lo haga por vos
la puerta cuando se abre
o el portazo cuando se va.




sábado, 6 de septiembre de 2014

No tengo poesía

No tengo poesía. Si todo se reduce al ahora, no tengo poesía, ni proyecto, ni mañana.
No tengo las palabras que profetizan el ayer y menos aún la muerte del porvenir.
No tengo palabras.
Sólo temor ante este vacío, esta nada que impide la experiencia.
Pensándolo otra vez, pues, lo tengo todo.
Es que la palabra no es más que vacío. No expresa lo trascendental.
Lo que va más allá es esto inefable que de a ratos me entristece.
Otras me atemoriza.
Es eso infinito a lo que voy
lejos de la estructura y la forma. Es eso divino de donde vengo
que hoy me tiene aquí, sin poesía, sin palabras.

martes, 2 de septiembre de 2014

Fin

¿Cómo me fue? Bien supongo, o mal. Depende cómo lo veas. Bien porque hice lo que fui a hacer, lo completé, me animé. Mal porque no era lo que esperaba. O sí, tal vez fui inconscientemente esperando que todo termine, que todo acabe como había empezado: improvisado, repentino, irrevocable, instantáneo.La energía fluía hacia él el último día, de la misma manera y por el mismo canal por el que había fluido hacia mí el primer día. El círculo se había cerrado sin que yo lo espere, sin que yo lo planee, sin que lo quiera. Me quedé sin palabras. Me quedo con el silencio. Ya te lo dije todo. No te digo nada, ni tú a mí. Tú tampoco. Silencio. Adiós, un beso en la mejilla, no, mejor en la boca porque es el último. 

lunes, 1 de septiembre de 2014

No estoy en casa


Llueve y no estoy en casa. Ayer iba a escribirte, lo juro. Terminé yendo a tomar un helado. Hoy llueve como para no salir, pero no estoy en casa y te extraño. Será tu manera de revolver las sábanas sin estar nunca del todo destapada o el golpear de la ventana contra sí misma. Si hoy no se cortara la luz, como siempre, podríamos ver las películas que tanto te gustan, cocinar panqueques con whisky o cualquier cosa con este aguacero del otro lado del vidrio. Pero yo no estoy en casa hace tiempo y no puedo volver. En la vereda no hay nadie, una utopía un taxi vacío. Por esta calle no pasan autos, no barren las hojas caídas de los árboles y todo se inunda, siempre, hasta tocar las puertas de las casas. Un auto pasando un día como hoy sería un rebalsar eterno, una onda expansiva, agua comiendo los pies de la gente, empujando zócalos de las casas de mis vecinos. Yo fui ese auto cuando llegué. Me deben haber odiado. Ya ves, hermosa, no puedo siquiera pedirte que vengas o tomes un remís. Me encantaría buscarte con un paraguas gigante y ver tu cara de esfuerzo saltando charcos.

Llueve más fuerte, si se me permiten las comparaciones. Es difícil lo relativo cuando uno no tiene más que un par de zapatos mojados. Una fuerza que es la naturaleza misma, brutal y hermosa. Cierra la visión una cortina de hilos fríos que caen, nítidos chorros, infinitos. No veo mucho pero no importa. Si fuera la cortina del baño o esa sábana desgastada con la que te tapas para leer, te espiaría encantado. Correría la tela, tu cara de asombro. Tantas caras extraño. Llueve mucho y estoy lejos. Mañana, te prometo, el cielo se va a limpiar y desde el ventanal vas a ver las estrellas. Tal vez no pienses en nada, pero las vas a mirar antes de ponerte el pijama, como siempre, yo también. 

viernes, 29 de agosto de 2014

Hay cosas que guardo para mí.
¿Cómo se guarda el universo entero, ingresando por los perfumes  que desprende tu piel y se desintegran en tus ojos?
Los segundos pasan,
Se hacen interminables en el pastiche de mi cerebro andante.

Las arrugas de los años me perturban, 
No por la piel agrietada …
Sino por la acumulación de recuerdos
Emergentes, que se olvidan
 y recursivamente regresan en mis sombras.

Sólo tu lienzo claro me apacigua.
A cada trazo se unifican mis fragmentos
 obtengo nuevas formas.

Se trata de apoyar los pies en la tierra,
De descargar de mi espalda los muertos del pasado.
Ya no se trata de llevar las cargas
Solo alcanza con las marcas.

Hay un momento en que se debe soltar
Y creo éste es el mío.



martes, 26 de agosto de 2014


Es como si los días pasaran sin tener principio ni fin, sin motivo ni razón. El sol sale, la lluvia cae, la luna sonríe, los árboles se van poniendo rojos, las hojas mueren. Todo al mismo tiempo, y el tiempo no pasa, sin embargo, los meses transcurren y la distancia se hace más grande.

Ni una carta, ni una llamada.

Las flores, su esencia, los jazmines. La esencia de los jazmines, eso me gusta, es la que transporta a otro tiempo, a otro lugar, cuando se estaba cerca de la felicidad, tocándola, seduciéndola, jugando con ella para luego atraparla y no dejarla salir jamás. Para luego atraparla…

El café se enfrió otra vez. Empiezo a disfrutar del café recalentado, tiene un gusto nuevo. No pasaba lo mismo con ella, cada vez que las cosas se enfriaban, el gusto nuevo era siempre más amargo, más distante. A orillas del río se estaba bien; era lejos y no había nadie, solo se escuchaba el sonido del agua deslizándose por las rocas y los pájaros cantando una sinfonía que sólo sonaría una vez, cada vez una sinfonía distinta pero igual. Y el aroma de ella... era más fuerte que todos los aromas del lugar, además del perfume se ponía dos o tres flores que arrancaba cada mañana de la enredadera de la puerta de su casa. Las ponía en el tiro del corpiño, desafiándolas a dejarse caer.

lunes, 25 de agosto de 2014

De tal vez un beso.


Ridículo
un día de primavera a medio camino
no todas las cosas son enteras sino partes
el cuerpo las palabras y los autos
la idea es una parte y este encuentro
de dos personas contándose algo
de una vida.

Si nos diéramos un beso
saliva que empieza
saliva que llega
saliva que queda en mi boca y en mi cuerpo 
tres meses
dice la ciencia
demora un humano en desprenderse de los restos
de esas partes
de otro humano
viajando por adentro. 

Pero es ridículo hoy pensar tres meses más allá de mañana:
"Disculpe Doctor,
tengo saliva intrusa desde hace tiempo
me la quiero sacar"
imagino que ya es verano completo
hay asados y familias
hay parejas de vacaciones y bebés que van a nacer en invierno o en la próxima primavera
hay cortes de luz piletas de noche
agujeros en las rodillas de los pantalones y viento y yo
tengo 96.560 vasos sanguíneos 
y en todos
circulará alguien
que una vez me dio un beso
asomando la primavera.

Podría ser peor, 
un frío invierno haciendo sopa o llevando al gato al veterinario,
hay muchos lugares peores 
que este día en este bar
de tal vez un beso.

jueves, 21 de agosto de 2014


“Atrapame si puedes”. 
Si podés, hacelo.
  “Yo” no puedo.

 No puedo sostener los miedos
Cuando quieren escurrirse de las manos. 

No puedo sostener mis pensamientos
Que emigran , revolotean
Y nublan mi vista cansada.  

No se trata de mi, se trata de vos,
Es el espejo  que me perturba,
Las miradas, los miles de discursos armados.
La construcción que hacemos y de la que queremos salir. 

Ya no se trata de mi,
No existe tal
¿Que pasa si después de tanto pensar
No hay existencia material posible?


Sólo me vuelvo el fantasma de mi propia sombra
me construyo de voces,
ya no son palabras
al momento que lo escribo
lo borro con la mente y construyo otras.
Sin pensar si son las correctas,
Si lo que escribo es lo que pienso,

Si lo que pienso es escribible.
Ya no tengo voz, la modernidad , la post, la pre…
Y lo que vendrá. 

Intento ser la materialidad
Mas fidedigna correspondida
 por mi cabeza pensante.

Que piensa pero no inventa,
No cambia nada,  no construye
Deshoja , desarma y muere…
Desvirga el yo poco a poco.

Ya no queda nada.
                                 -------------------------------------------------------                               Ni el eco de mi voz.

martes, 19 de agosto de 2014

Un solo lugar

Qué sé yo
yo qué sé

un día, una distancia
una fuga
escapar, correr hasta llegar 
¿a dónde?

viajar volver esperar
no saber

evaporarme
quiero
y aparecer donde más partes de mi haya

condensarme
salvar distancias insuperables
irreconciliables

edades, ciudades 
culturas, sexo
distancias insalvables

quiero todo ya
ahora mismo
en mi mano
tu mano  
y la de ella

sentirme completa
alguna vez
en un solo lugar

lo obvio



Cuando sepa decirte va a ser el momento equivocado 
como la hoja que cae del otoño al verano siguiente
no es que no te escuche tengo 
la caída lenta 
de quien espera lo obvio
sin preguntarse
si es la arena quien abandona al mar después de la ola
o viceversa. 
Te diría que me esperes
sentado mirando autos pasar

por un juego de espejos
vos sos el auto y yo me siento
todas las rutas terminan en algún lado que nos nombra
llegué
alguien tira las bolsas del mercado demasiado cerca

el sentido de las palabras
siempre depende del lugar en donde caen
yendo
por ejemplo
sin preguntar adónde.
desde qué punto se parte, sería importante
no necesito saber tantos significados
solamente
si es lejos o cerca
si va a ser más lejos o más cerca
un total

si la palabra cayera escrita en un mensaje de texto
si la frase fuera afirmativa
si el remitente fueras vos
viniendo





DH 2014

viernes, 15 de agosto de 2014

Mi revólver plateado




Ayer soñé que te mataba, Juan Francisco. Ni siquiera puedo imaginar la cara que estás poniendo a medida que vas leyendo esto, pero te aseguro, apareciste en mi sueño de anoche. No estoy enamorada de ti ni me importas en absoluto, pero confieso que desde hace varios días te observo, quizá desde el año pasado. Sólo pienso en ti cuando te veo, después cuando termina la clase y cada uno se va por su lado desapareces automáticamente de mi mente. Como si apretara un botón en mi cerebro y te fueras directo a un bote de basura. Pero luego, inevitablemente te veo en cada clase y no puedo parar de observarte. El otro día hasta te dibujé en mi cuaderno. Yo en los márgenes suelo dibujar árboles y casitas con chimeneas con humo que sale y de pronto, ni cuenta me di, empecé a dibujarte y sólo cuando terminé supe que se trataba de ti. No me saliste perfecto, no soy buena en dibujo, pero es un gran avance teniendo en cuenta que yo sólo dibujo casitas con chimeneas y humo que sale. Digamos que te hice un cuerpo con todas sus extremidades (te dibujé sin ropa, por cierto), y para que veas que no fui tan mezquina con tu creación, te dibujé con un dedo de más. Te dibujé el pelo negro con un poco de canas, para darte un toque de actor de cine seductor en blanco y negro. Te ayudé en todo sentido porque tu cuerpo y cara no te favorecen mucho, lo sabes, pero te gusta hacerte el galán cuando pasas entre la gente. Después, si no te enojas conmigo por lo del sueño, puedo mostrarte el dibujo, tu desnudez es impecable.
Voy a empezar. Me desperté y tardé como cinco segundos en volver del sueño a mi cama (digo cinco segundos por decir algo, porque volver a la realidad cuesta tan poco tiempo). Mi cama parecía un campo de batalla con cuerpos muertos, un terreno baldío con aires de tristeza. Tardé como cinco segundos en amigarme conmigo. Uso la palabra amigarme porque te será familiar, a ti te gusta mucho y yo la detesto; siempre en clases dices cosas como: “me amigué con el método”, “ la dicotomía me es poco amigable”. Pero la uso para que te amigues conmigo después de que me leas, después de todo, sigues vivo y mis sueños nunca se hacen realidad. Te voy a medio explicar cómo fue la cosa: tenías una risa burlona que no soporté porque no podía callarte de ninguna manera. Yo te dije: Juan Francisco, cállate. Y tú me señalabas con un dedo y te reías como un disco rayado. Acá viene la mejor parte, no sé cómo salió un revólver de mis manos (los sueños son raros, ¿no?). Yo, obviamente, te apunté sin titubear y ¡Oh¡ recordar esa imagen es muy gloriosa porque yo me sentía actriz de cine con mi revólver bien cargado.  Era un revólver pesado y su color plateado brillaba de una manera que ni te imaginas, todavía siento su cuerpo en mis deditos. No pude capturar su olor, pero puedo inventárselo ahora mismo, yo soy capaz de inventar lo que tú quieras.
Te disparé pero no recuerdo bien tu cara; es una pena porque me hubiera encantado ver eso.  Sería genial poder dejar escrito  un documento de cómo te veías muriéndote por mi disparo frío. En estos momentos puede estar ocurriendo que te enfades de leerme y que pienses que soy una loca cualquiera, pero espera, todavía no terminé. Dame tregua, dame permiso, déjame seguir. Debo decirte que eres un ser indestructible, como de película de acción: no te morías. Te arrastrabas y eres valiente, nunca me pediste que te perdonara la vida; eso estuvo muy mal porque yo quería que por primera vez alguien me rogara de rodillas. Y sin embargo te reías y no parabas de reírte, todavía parece que te escucho. En el sueño pensé, me acuerdo, que si te levantaba y te arrojaba lejos como se arroja una piedrita, podía deshacerme de ti, pero no pude. Aunque eres demasiado flaco (muy flaquito, deberías comer más) no pude levantarte, pudiste con mis fuerzas.

Juan Francisco, espero que cuando leas esto te amigues conmigo y no me odies. Soy la que se sienta atrás de ti en la clase de gramática. Siempre llegas excesivamente tarde y la profesora te recibe con una sonrisa igual. No es que me moleste que ella te sonría a ti y al resto no, sino que no puedo entender cómo siento tú tan insignificante eres capaz de despertarle una sonrisa a alguien. No entiendo. La profesora siempre te da la palabra en clases y a veces terminan hablando sòlo tú y ella. Ella tiene un diente chueco y dice que no sabe nada de literatura que por eso optó por la gramática; lo dice riéndose como si fuera una gracia y lo peor de todo es que te hiciste amigo de ella. Lo sé y entiendo que las personas insignificantes se juntan todas en un solo costal. Apuesto a que has escuchado ese dicho que dice: dios los hace y ellos se amontonan. Sí, ahí está dios fabricando a gente como tú y como la profesora de gramática que nada tiene que ver con la literatura, lo dijo ella, no lo digo yo. El otro día dejaste un ticket de supermercado tirado en el piso y perdón, debo confesar con toda la pena que fui corriendo a recogerlo. No pude soportar la intriga, yo quería saber qué cosas compraba un ser despreciable como tú. Según mis conclusiones tus compras se limitan a paquetes de galletas de varios sabores, una bebida horrible que da energía y comida para gatos. Me pregunto cómo se llamara tu gatito y si lo habrás educado para que haga caca en la arena blanca artificial. Si mi sueño se hace realidad y de verdad te mato, te prometo que no dejaré desamparado a tu mugroso gato, veré si se lo regalo a alguien, conmigo no cuentes.

Pobre Juan Francisco, qué lástima que no pude concluir mi sueño, me despertaste con tu risa, si te vuelvo a soñar no tendré ningún tipo de piedad. No te odio, para nada, lo que pasa es que sigo medio enojada porque el otro día te saludé de lejos y tú te hiciste el que no me viste. En el fondo sabes quién soy yo pero te encanta ignorarme. Si quieres que te perdone sólo necesitas decirme hola, no me mates por favor, te lo suplico. Espero que lo hagas, espero que te quieras salvar, pero francamente lo veo complicado si sigues ignorándome. Si cambias de opinión, búscame, quizá sea este el inicio de un romance contundente (qué poca imaginación me salió con eso del romance contundente), perdòname, no puedo pensar en otra cosa que este momento en el que me lees. No soy tan fría, ahora mismo tiemblo mientras bajo las escaleras y pienso que ojalá no lo tomes muy a mal, que sea un golpe de suerte y te sientas halagado. A mí me gustaría que un chico soñara conmigo furtivamente y a ti también –espero- te está gustando. Me alejo, todavía es temprano para ir a soñar, me gustó mucho mi revólver.




jueves, 14 de agosto de 2014

Que lleve tu marca


Hay sabores que me generan recuerdos. A tu forma, ciclotímica que me marea,  como hoy.
Acabo de darme cuenta que es jueves Mi día.
 Y yo solo suspendida en el aire. Literalmente, estoy en un entrepiso y sólo la energía nauseabunda y confusa que tu piel desprende, niebla mis palabras.

¿Quién sos?
Puedo olvidarme, mitigar tu recuerdo y endiablarte. Construirte como un ser detestable.  Te lo digo frente al espejo con mis ojos que están rojos. Y  mientras las hierbas hacen su efecto,  comienzo a sentir… a sentir  una   bronca que va subiendo por mis  entrañas y se vomita en la mirada. Estas del otro lado.  Aunque no lo sepas  te hablo, y lo hago  porque no necesito escucharte. Se que no sabes responder, que vivís huyendo. Que te incomoda que otra persona ponga las reglas. Siempre sos vos, siempre. El que llama, el que corta, el que no responde. Y el que vuelve….te haces el perdido para que sea tu guía.

 Pero ya no más.
 Te detesto, me das asco, me agarran nauseas. Y tengo miedo que fecundes en mi, un hijo , un hijo  de tu rabia.  Tengo miedo que lo hagas y se parezca a vos.  
Con tus ojos mojados, con tu mirada oculta, esa que es un puro teatro y se retira frente a mí.   Tengo miedo  fecundar un hijo . Que sea producto de tu gen, del virus que dejaste en mí.
 Por miedo a querer  abrazarlo, por miedo a que  el feto me retuerza hasta morir.

    Lo único que te falta luego del sueño, de la paz, de la bronca, del dolor, es que te robes mi ADN. Que me contamines con vos, con tus fluidos. Y salga de mí un engendro, un engendro  que lleve tu marca.

 

 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Regresaría temprano hoy. Reflexionaría bajo la ducha, la almohada, el alcohol
¿Ha actuado correctamente?
A veces ese discernimiento que se supone natural, le cuesta más que cualquier otra cosa.
No sabe con seguridad si somos capaces de distinguir el bien del mal
No sabe bien quién ha dispuesto esto.
ESCRIBE cosas que no logro leer desde acá arriba
A veces siento que me esconde algo Quizás no quiera compartirlo
Sabe que yo lo escribo, sabe que lo digo, que lo traiciono.
Desde pequeño advierte mi presencia 
NECESITA, para constituirse, acciones que no puedan ser narradas. Hechos por fuera de las palabras. 
Fuera de toda ficción  Lo INEFABLE
QUIERE desprenderse de  mí
De mi juicio, de mi omnipresencia

Quiere destruir aquellos dioses

martes, 12 de agosto de 2014

Miradas

Escucho una voz
abro los ojos
te veo.
Estás mirándome
sonriéndote
por cómo mi vestido flota.
Sé que te gusta
te miro a los ojos mientras me muevo.
Te provoco
lo sé
me gusta.
Me miras 
intentando encontrar
una escama floja
una grieta
pero no te la concedo:
paciencia.
Abro
poco a poco
un umbral
por el que puedas atravesar
Rasgo mi vestido.
Te anestesia
pero no es lo que querías
no te basta.
Ahora 
tienes más
y quieres
más
de lo que querías
antes.
Ya no sólo ver
sino también
oler
palpar
conocer.

Mi vestido revolotea con el viento,
libre y primaveral ando por las calles.
Te veo y te sigo,
luego me sigues vos,
corriendo a ratos
 a ratos caminando.
Quiero que te canses
de seguirme
que nunca me encuentres
y luego sorprenderte por la espalada.
Sonreír por lo bajo
decirte que me gustan
los martes de lluvia
e irme caminando rápido,
para que puedas seguirme.
Enfrentados pero a distancia.
El juego de miradas se hace infinito.
Siempre es divertido desviar la mirada cuando me ves.
Y sostenerla por largo rato cuando nuestros ojos se encuentran.

lunes, 11 de agosto de 2014

elige tu propia aventura


Si hoy sale el sol te juro
voy a estar
si hoy sale el sol
primero que nadie
es creer o no
dos opciones y la distancia entre ellas
se salva con un solo movimiento
pasar a la hoja siguiente
de elige tu propia aventura
por eso te juro
aunque vos me pidas de rodillas
que no jure
que hace mal
que voy a estar ahí
donde me pidas
sin necesidad de que me lo pidas
tampoco
si no querés
no juro
pero creé
dos personas siempre pueden estar un poco más cerca
la cercanía se mide y lo demás no importa
al lado tuyo
rozando tu sombra alargada de comienzo
de verdad
si sale el sol
voy a estar ahí

viernes, 8 de agosto de 2014

Perro callejero


Perro callejero


Antes de cruzar la calle medito si quizá alguien vendrá a atropellarme. Pienso, no sé por qué, que si eso ocurriera todos se acercarían como hormigas a un pedacito de pan, pero en cuanto vieran que este pan ya tiene moho o está rancio, se irían, todos juntos se irían de mí. Nadie vendrá a salvarme, no hay ningún cristo ni ningún diablo que me jale al fuego. Por eso, cuido mis pasos al cruzar. Desde hace varios días, meses diría yo ahora que lo pienso en frío, no funcionaban los semáforos de esas calles. Que era verde que era rojo y así andábamos. Ignoro si alguien hizo algún reclamo a las autoridades o a quien tenga que hacérsele saber. Pero nadie vino nunca, ignoro también si sigue estando igual, yo preferí cambiar mi sillón de lugar. En ese sitio la gente empezaba a mirarme con desagrado. Yo también tengo hijos, yo también estuve enamorado, yo también tuve aire acondicionado. Pero eso ya pasó y ahora tengo un sillón que no está del todo viejo, lo que pasa es que tiene un poco de mugre, y no es mi culpa, la gente es puerca, sucia y todos esos sinónimos que existen para la gente de esa clase. Todos los días a esa hora yo tenía que cruzar la calle porque el sol pegaba a las 12 en mi esquina y después se iba del otro lado ¿cómo se llama eso? ¿puesta de sol? ¿quién da más?
Pasaban las mismas personas todos los días. Yo era como una especie de perro callejero a quien todos los de la cuadra alimentaban y daban abrigo y todo eso que uno necesita para no morir. La gente es capaz de besar de lengua a los perros de raza fina pero si se trata de uno como yo, la comida la avientan de lejitos. Pasaban y me dejaban comida en bolsas de plástico, a veces tenían mucha grasa, a  veces estaba mal oliente. El pan era más duro que este hueso que puedo verme ahora, quizá más duro aún. Eso es lo que ellos llaman, la buena obra del día. Hasta que llegó a vivir una señorita en esa cuadra. Le llamaré  "la señorita", porque era pequeña pero no era una niña. Aun pienso si fui yo el que abusó de su confianza cuando por fin se animó a acercárseme. La vi, ella cree que no pero lo vi todo y con mi octavo sentido yo ví cómo meditó en la puerta de su edificio de si me hablaba o no. De si yo, perro callejero, iba a morderle el brazo si me daba la mano. Esa señorita nunca me había dado nada y eso le remordía la conciencia, lo podía ver en sus ojos, aunque siempre me sonreía y decía: Buenas tardes. Ella estaba un poco apenada conmigo porque siempre la veía entrar a su departamento con algun chico, siempre distinto, al menos eran 4.  Me picaba el cuerpo, ella me veía rascarme sin piedad y se moría de ganas de hablarme, hasta que un día:
-          Hola, perdone la pregunta ¿necesita usted algo?
-       No señorita, gracias por preguntar.
Cuando escuchó que yo contesté de lo más normal cambió su expresión, como esos niños que se animan a dar el salto y se sorprenden de no caer. Así se sentía ella, como si hablarme hubiera sido un logro importante en su vida. Lo vi en su cara. Y en cómo acomodó sus manos para inclinarse hacia delante, para hablarme más de cerca. Me levanté del sillón porque creí que era mi casa ese pedazo de calle, creí que era mi deber levantarme y demostrar mis modales.
-       siéntese por favor.
-       No, no gracias, así está bien.
Ella miró el sillón y no podía creer mi cinismo. No era el mejor sillón del mundo y lo peor de todo es que estaba muy sucio. La gente no me miraba a mí ahora, la miraba a ella con es cara de mirar al suicida que amaneza arriba de un puente. Así eran sus caras, como queriendo rescatarla de una tragedia, de la basura, de este perro que soy. Ella insistió y me miró en ese momento en el que yo hubiera dado lo único que tengo, mi sillón o mi comezón a cambio de tomarle una mano, de que hubiera aceptado sentarse conmigo y yo poderle ofrecer algo más, un pan caliente y un café. Pero no, no y no.
-       Mira, no digas que abuso de tu buena voluntad, me gustaría una coca cola. Probablemente esperaba que yo le dijera que me diera una sopa caliente o qué se yo. Se rascó la cabeza y dijo como una cachetada en frío: 
-   - ¿Qué? ni siquiera yo tomo refrescos. Le va a hacer daño además.-
 Se reincorporó y dijo que después volvía. Y si quieren algo más preciso: nunca volvió. Y yo después me fui, me fui no por eso, aunque me había dado vergüenza. Ella seguramente pensó que yo quería coca cola o que era como quien dice, un limosnero callejero y malagradecido, pero a esa altura del frío y de la noche yo me deshacía por una coca cola, usted sabe, para eso de amortiguar con azúcar, o algo un poco dulce, aunque provenga del artificio.  Pero la señorita lo tomó a mal y se fue. Se dio la vuelta y entró a su edificio esta vez sin detenerse en la puerta, y bien, ya no tenía nada que pensar. Me rasque la piel una y otra vez igual que lo hace un perro callejero.