lunes, 28 de julio de 2014

ese círculo de noche



se acuesta y siente el golpe del corazón en los oídos dentro de él un señal intermitente estoy acá acá abajo tuyo siempre el pie dando otro paso ella escucha con los ojos cerrados el ritmo regular repetitivo cíclico da igual cómo decir lo mismo hubo un principio y fue hace tanto no se acuerda caminaba con un rumbo fijo pensaba cómo se forma una línea de pasos como puntos que unen el principio y el final pero dónde fue el principio de ese círculo no poder dormir en las noches

pero ahí está el golpe desde adentro del pecho le recuerda acá estoy al lado una vida son eso latidos recordando las ganas de seguir caminando dos mil millones de latidos, una vida kilómetros pasados ella escucha en el pecho como un trote tranquilo suave el caballo galopa en un prado verde puede oler ese verde el pasto rozando su mejilla ella y él galopan sin descanso casi no hay viento


el latido sana la herida que la noche le abre al día agujero por donde ella cae caminando distraída por el borde todo tiene al menos un lado y otro que no se ve caída ella en la noche que es un tajo cada puntada acerca cada latido cose y el alba está viniendo rozando casi el caballo del prado siempre abajo acá estoy de cara al sol con este respirar liviano y tanto silencio

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