se acuesta y siente el golpe del corazón
en los oídos dentro de él un señal intermitente estoy acá acá abajo tuyo
siempre el pie dando otro paso ella escucha con los ojos cerrados el ritmo
regular repetitivo cíclico da igual cómo decir lo mismo hubo
un principio y fue hace tanto no se acuerda caminaba con un rumbo fijo pensaba
cómo se forma una línea de pasos como puntos que unen el principio y el final
pero dónde fue el principio de ese círculo no poder dormir en las noches
pero ahí
está el golpe desde adentro del pecho le recuerda acá estoy al lado una vida
son eso latidos recordando las ganas de seguir caminando dos mil millones de
latidos, una vida kilómetros pasados ella escucha en el pecho como un trote
tranquilo suave el caballo galopa en un prado verde puede oler ese verde el
pasto rozando su mejilla ella y él galopan sin descanso casi no hay viento
el latido sana la herida que la noche le
abre al día agujero por donde ella cae caminando distraída por el borde todo
tiene al menos un lado y otro que no se ve caída ella en la noche que es un
tajo cada puntada acerca cada latido cose y el alba está viniendo rozando casi
el caballo del prado siempre abajo acá estoy de cara al sol con este respirar
liviano y tanto silencio
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